Y de repente todo cambió. Las cosas ya no son lo mismo. El silencio dolía pero a la vez era reconfortable. Pensar dolía pero a la vez era un modo de enfrentarme a todos, como un caballero cuya armadura ya no brilla, y a nadie le importa. Ya no tengo nada que perder. Ya no tengo nada, ni esperanza, ni ganas.
Las cosas cambian, y lo se mejor que nadie. Mi vida dio muchas vueltas en un año, y al siguiente todo volvió a cambiar. Nunca he sido fija, siempre he sido intermitente. Nunca he pensado en alguien más de lo que tardé en cansarme de él. Nunca nadie me había dolido más de lo que había tardado en reemplazarlo. Pero las cosas cambian a un ritmo ensordecedor. La gente cambia. Las vidas más insólitas se cruzan en una calle abarrotada y acaban destinadas a destrozarse mutuamente.
Si alguien me pregunta, me arrepiento de muchas cosas y soy consciente de muchas otras. Aunque hay veces que me niego lo primero y no acepto lo segundo. Quizás es por eso que hay noches que dormir es un festival de pesadillas que vuelven a recordarme algo que siempre me he dicho: que no estoy hecha para ser feliz.
Quizás soy un imán de los sentimientos tristes, del tiempo que marchitaría a cualquiera y de las personas que te ven pero nunca agradecen la felicidad que intentaste brindarles.
No sé cuántas vueltas dará la vida este año. Si por mi fuera, viviría intermitente entre septiembre del 2014 y septiembre de 2015. Y mi vida sería una noria, que solo para en ese tiempo.
Pero el tiempo ya me ha dicho que eso no puede ser, y que me joda recordándote cada noche antes de arrepentirme de todos los errores que cometimos.
I hate you
I love you
I hate that I love you
Don't want to
But I can't put nobody else above you
I hate you
I love you
I hate that I want you
You want her, you need her
And I'll never be her