Somos una máscara, a la que nadie saca brillo.

Y esperamos, y esperamos. Y solo sabemos esperar, sin pensar que tal vez, nosotros podemos sacarnos a RELUCIR.

Son dos años, que parecen poco, pero que no es poco. Es un poco menos que poco.

Mientras pueda sonreír, como algo natural, cada vez que hablamos. Mientras que ideas locas y absurdas me atacan, haciendo perderme entre palabras que escribo sin pensar. Mientras que las conversaciones fluyan, entre risas y tonterías, entre un aquí y allá, un "que lloro" o un "me meo". Mientras que día a día piense en ti y seas de las pocas personas que me inspiran a ser yo, de la manera más ... yo. Mientras el mundo sigue, y yo con él, y tú con nosotros y todo el mundo. MENTIRA, que se acaba pronto. Mientras nos burlamos de cualquier cosa, que el mundo nos ponga delante, incluyendo nuestro reflejo en un espejo. Mientras que te admire, y el conocerte, aunque sea saber que tu armario te lleva a Narnia, que cada comida para ti es un reto de horas y horas y horas... o no, o que tu ropa es unisex, me vale. Mientras que pueda considerarte alguien. Y mientras que a mi cerebro se le vaya la pereza, y quiera recordarte, mientras eso y mucho más, para mí, siempre serás el mejor.
S.                                                  

"Nunca seré nada parecido a la perfección. Dormiré mucho, comeré otro tanto. Seré pesada, ambiciosa, te idolatraré y esas cosas. Pero no por nada. Es que eres tú."

Pa' mi Nancy.

Somos, un tu y un yo y nunca seremos los mismos.

Una parte nosotros, al crecer, cambia. Y se pierde lo que fue, entre lo que ha sido. Miramos esa parte, como aquello que no nos gustó y lo cambiamos, sin dejar rastro de aquello. Y cuando su recuerdo vuelve, lo desechamos, e intentamos eliminarlo, incondicionalmente. 
Si crecemos, con el fin de que algo en nosotros cambie, eliminando lo que fuimos, nunca seremos los mismos. Nunca volveremos a ser nosotros. Y cuando intentas volver a ser tu yo anterior, algo dentro de ti te lo impide. Algo, que ya no encuentra esa parte que desapareció, sin dejar rastro, y fue eliminado incondicionalmente. 
Somos, lo que queremos ser, pero dejamos de ser, lo que antes quisimos.

Vivir porque el mundo te lo manda.

No vivo por el gusto de vivir. 
Tan solo vivo. Vivo un día contigo, y dos sin ti. Uno echándote de menos, y dos aborreciendo tu existencia. Escupiendo verdades por la boca, y vomitando mentiras por los ojos. Soñando nubes, que llevan escritas tus palabras, tus miedos, tus cosas. Ya sabes, esas que a veces soltabas por los oídos. Vivo gritos, que nunca grité, pero que guardé dentro de mi cabeza, y retumban. Hacen de mi cerebro, un haz de silencio, interrumpido por el eco constante de mi egocentrismo. Vivo la banda sonora de nuestros momentos, de nuestras mentiras y nuestras verdades. Cada nananá, acompañado de un lerelé. Seguido de un compás echo del chocar repetitivo de tus dientes. Vivo, porque tengo que vivir y porque tengo que vivir, vivo de recuerdos. Y de recuerdos me alimento.

"A veces me manda cosas.

El mundo es más grande de lo que podemos ver.

Pero es más pequeño que lo que escupe por la boca.

No dejes que tus palabras sean más grandes que tú."