sábado, 22 de marzo de 2014

"Altamente volátil" decía, pero yo la abracé y explotó.

"Ese día no supe si correr o explotar en el mismo sitio. Fue como un cúmulo de sentimientos, de esos que son altamente volátiles. Así que empecé a llorar. A soltar todo lo que tenía que decirte y no pude, desbordándo-me. Hay veces que mirar atrás nos hace daño, que de caernos tantas veces ya lo hacemos por pura monotonía. Repetía errores por pura diversión y no quería que tú, pudieras ver lo débil que era yo -cuando nadie me veía-.

Por las noches, solo podía pensar, y quizás eso fuera lo que más daño me hacía. ¿Por qué  las esperanzas, sabiendo que siempre se equivocan, usan una brújula desimantada? He decidido perderme, es ahora o nunca porque demasiado de ti hace que pierda lo poco que tengo de mí. Quizás lo más arriesgado no es quererte, sino vivir sin olvidarte, contigo pero sin ti. ¿Me entiendes? No es que dejara de quererte, es que tuve que dejar de hacerlo. Por ti y por mí. Quizás más por mí que por ti. Quizás es muy egoísta de mi parte, pero si nunca te tuve, al menos me queda tenerme a mí. Huiré por el tiempo, esperaré por las calles de la ciudad y tal vez, algún día te vea, y en vez de romperme, me reconstruya.

¿Sabes? Me hice adicta al amor descafeinado, más noches en vela pensando que noches amando."

Cuando dejó de escribir, cerró el sobre y echó la carta al buzón sin dirección para que algún día, cuando se pierda de nuevo entre su olor y su voz, recuerde esas noches tan amargas, sin azúcar en el café.

No hay comentarios:

Publicar un comentario