domingo, 29 de junio de 2014
Amar y desamar.
Le gustaba hacer el desamor entre las sábanas de la cama de arriba. Recorrer y marcarse la piel con los dientes, dejando una firma inconfundible. Taparse los ojos y robarse besos. De esos que no se devolvían nunca. Que eran para siempre. Se vomitaban los sentimientos porque eran incapaces de digerirlos. Era algo que ni ellos mismos se tragaban. Un libro, una película, una canción, un teatro. Se enzarzaban en una lucha por ver quién era el dominante -quien amaba- y quién el sumiso -quien era amado-. Al final todo acaba en tablas para ambos, porque ninguno podía amar sin que lo amaran. Y, entre las sábanas de la cama de abajo, acababan haciendo el amor.
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